A la hora de seleccionar el tejido de la ropa deportiva, es importante tener en cuenta el tipo de actividad en la que se va a llevar la prenda. Por ejemplo, una camisa hecha de un tejido ligero y transpirable, como el poliéster o el nailon, es ideal para correr, mientras que una camisa hecha de un tejido más pesado y aislante, como la lana o el forro polar, es más adecuada para actividades en climas fríos como el esquí o el snowboard.